GR®Isla de Lobos

Tramo 1

Isola di Lobos

La isla de Lobos, declarada Parque Natural, se encuentra en el estrecho de Bocaina que separa las islas de Fuerteventura y Lanzarote.
El primer tramo del GR-131 parte de dicho islote, por lo que ya puede imaginar la singularidad de este bello enclave.
Para acceder a este atípico tramo, tendrá que tomar un barco desde el puerto de Corralejo. Durante este trayecto, disfrutará de un agradable viaje por el estrecho conocido como El Río, para luego desembarcar en El Muelle, un muelle que permite a sus visitantes entrar y salir. Aquí comienza el primer tramo del GR-131, a partir de aquí, hay dos caminos; tomaremos el de la izquierda ya que el de la derecha lleva a las casitas cercanas al puerto conocidas como Casas del Puertito y que están más allá de nuestro GR.

Luego seguirá el sendero y cruzará el karst o malpaís que presenta muy poca vegetación hasta llegar a la Playa de Calera, una playa donde quedará fascinado por los colores del mar. A continuación, el sendero deja a su izquierda la Caldera de la Montaña, un cono volcánico de 127 metros de altura, al que podrás ascender por las diferentes pistas que encontrarás en el camino. Te llamará la atención el llamativo verde del tártago balsámico (Euphorbia balsamifera). Está presente a ambos lados del sendero y del tramo 1 | Isla de Lobos a lo largo de todo el itinerario. Finalmente caminarás hacia la pequeña caleta conocida como Caleta de la Madera, que bordearás para terminar al pie del faro de Martiño.
Podemos ofrecerte una ruta de regreso alternativa: Sale desde el pie del faro de Martiño y también lleva a El Muelle.
La distinguirás claramente al llegar a un cruce de caminos al final de este tramo. Este sendero te llevará a la salina de Lagunitas, donde no puedes dejar de ver la siempreviva de la laguna (Limonium ovalifolium spp. canariense). Esta planta es un endemismo canario muy raro ya que parece que solo se encuentra en la isla de Lobos.
Además, a lo largo del camino encontrará diferentes embalses y hornos de cal. Estas construcciones fueron utilizadas por los lugareños para explotar mejor sus limitados recursos.

Hornos de cal

La cal se produce en Fuerteventura desde el siglo XVI, aunque la mayoría de los hornos de cal que se pueden ver hoy en día se construyeron a finales del siglo XIX, cuando la actividad estaba en su punto álgido.
La producción de cal cobró verdadera importancia en la isla, que fue la primera en comercializarla, tanto en Fuerteventura como en las demás islas del archipiélago. Esto se debió, en parte, a que esta actividad no depende de las lluvias y, por tanto, no sufrió la crisis que las sequías provocaron en otras actividades económicas de la isla.
La cal se obtenía a partir de la piedra caliza que se calentaba a una temperatura de entre 900°C y 1000°C y se descomponía para formar óxido de calcio, también llamado cal viva. Para alcanzar esas altas temperaturas, los lugareños utilizaban hornos que aún se conservan en muchas zonas de la isla.
En Fuerteventura existen dos tipos de hornos claramente diferenciados: los industriales, alimentados por carbón y los domésticos de leña. El tamaño depende del tipo de horno. Sin embargo, en ambos casos, tienen forma troncocónica alargada y cuentan con una puerta o abertura lateral en la parte inferior.

Hornos de cal industriales

Este tipo de calera se utilizaba principalmente para la exportación de cal ya que la combustión podía durar más tiempo y la producción era mayor que la de las caleras domésticas. Estos hornos se cargaban con carbón desde la parte superior mediante escaleras o rampas. El uso del carbón permitía aumentar la producción. Sin embargo, este mismo mineral también condenaba a veces la producción ya que es un elemento que no se puede encontrar en la isla; por ello, cuando no había suministro, los productores se veían obligados a utilizar hornos domésticos.

Hornos domésticos de cal

El proceso de fabricación era totalmente diferente al de los hornos de cal industriales y la producción menor, ya que se utilizaba tojo seco (Launaea arborescens), un arbusto espinoso muy extendido en la isla.Su aspecto exterior es similar al de los hornos industriales, pero la diferencia más evidente es que los hornos domésticos no tienen puerta sino una abertura lateral, de aproximadamente un metro de longitud, que llega desde el suelo hasta su máxima altura. A través de esa abertura se cargaba la aliaga y la piedra caliza prensada.
Hoy en día, la industria artesanal de la cal casi ha desaparecido y los restos de los hornos son un recuerdo de una actividad muy arraigada y de una tradición que está en el corazón de los habitantes de Fuerteventura.