13. El Puertito (Islote de Lobos)
El Islote de Lobos, con sus casi cinco kilómetros cuadrados de superficie, es uno de los tesoros mejor guardados de Fuerteventura, una auténtica joya de la naturaleza separada de la costa majorera por dos kilómetros de Océano Atlántico.
El Río, como se le conoce al trozo de mar que separa las dos islas y que cuenta con una profundidad menor a diez metros, es una de las zonas de Fuerteventura con mayor riqueza de vida subacuática.
Se llega en uno de los barquitos de la naviera oficial que hacen el trayecto con Corralejo varias veces al día, y es necesario solicitar un permiso previo para visitar el islote pues es, en su totalidad, un Parque Natural protegido donde habitan centenares de especies vegetales y animales.