Un pequeño tesoro
Pequeña, tranquila, sin asfalto ni contaminación, naturaleza virgen, playas paradisíacas de aguas turquesas y arena blanca, paisajes austeros, apenas habitada… Sí, aunque sea difícil de creer, un lugar así existe a pocas horas de cualquier ciudad de Europa.
A tan solo media hora de Lanzarote, conectada gracias a modernas embarcaciones que realizan varios viajes de ida y vuelta al día, este pequeño tesoro de las Islas Canarias es el sueño hecho realidad de viajeros que buscan soledad, relax y experimentar una conexión absoluta con un entorno natural.
Como el resto del archipiélago canario, La Graciosa también está bendecida por un clima excepcional a lo largo del año, por lo que cualquier época es buena para disfrutar de este paraíso que forma parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo y de una de las tres Reservas Marinas que existen en Canarias, además de constituir un refugio para numerosas aves marinas.
Una isla protegida en su totalidad que invita al descanso, a tomar el sol y baños revitalizantes, descubrir sus rincones a pie o en bicicleta, disfrutar de la gastronomía canaria junto al mar…
¡Mucho más que un tesoro!
La Graciosa, con la totalidad de su territorio protegido, forma parte también del Geoparque Lanzarote y Archipiélago Chinijo, el segundo de los declarados en las Islas Canarias.
Cada año se celebra la travesía El Río, que consiste en salvar la distancia a nado entre Lanzarote y La Graciosa.
Playas vírgenes de aguas turquesas
Las playas vírgenes y solitarias, de arenas blancas y aguas turquesas, son el principal atractivo de La Graciosa. Sorprende que, siendo una isla tan pequeña, sea posible disfrutar de una playa distinta cada día de nuestra estancia.
Podemos elegir entre las que son algo más frecuentadas -dependiendo de la época del año- y otras donde encontraremos la más absoluta soledad, también las hay de aguas tranquilas, ideales para practicar snorkel o de oleaje y corrientes en las que debemos tener mayor precaución, las hay de arena blanca, dorada y de roca volcánica, creando unos contrastes de tonalidades allí donde se mezclan que parecen irreales.
La Graciosa en bicicleta
Una de las mejores maneras de recorrer La Graciosa es en bicicleta. Además de ser un transporte respetuoso con el entorno -no olvidemos que estamos en un territorio protegido en su totalidad- la llana orografía de la isla nos permite descubrir sus bellos rincones pedaleando sin apenas dificultad. Las rutas están debidamente señalizadas y no debemos salirnos de los caminos para evitar cualquier daño al medio natural. Tampoco tendremos que preocuparnos por la bici, ya que en la isla podremos alquilarla el tiempo que queramos y así disfrutar de una divertida experiencia
¡A pedalear!
La Graciosa aún mantiene sin asfaltar sus escasas carreteras. La circulación de vehículos a motor está restringida.
Rutas a pie
En la isla existen varios senderos que recorren gran parte de un territorio dominado por austeros paisajes volcánicos en los que no encontraremos árboles ni sombras donde resguardarnos del sol. Al igual que ocurre con los ciclistas, los senderistas también deben evitar salir de los caminos señalizados para no dañar este frágil y valioso ecosistema en el que viven especies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.
Las cuatro principales rutas de senderismo nos llevan a las playas paradisiacas y otros lugares interesantes de la isla que seguro a nadie dejarán indiferentes. Pasear tranquilamente por estas veredas mientras disfrutamos de un hermoso atardecer es una experiencia inolvidable.
La Graciosa, la más pequeña de las Islas Canarias forma parte del Archipiélago Chinijo, cuyas aguas conforman la mayor Reserva Marina de Europa.
La riqueza de los fondos marinos
El entorno de La Graciosa conforma, junto a los islotes del norte de Lanzarote, una de las tres Reservas Marinas de las Islas Canarias, una protección que se estableció para preservar la riqueza de los fondos marinos de esta zona del archipiélago canario. Es fácil deducir que la isla es perfecta para amantes del buceo, que encuentran aquí una enorme diversidad de especies de flora y fauna, además de abruptos paisajes volcánicos submarinos en los que abundan cuevas y túneles.
Pero si sumergirse en el mar excede a nuestras aspiraciones, no hay problema, La Graciosa nos ofrece alternativa para no perdernos estas maravillas. Algunas playas de la isla, las de aguas tranquilas, son propicias para colocarse tubo y gafas y disfrutar de este acuario natural practicando snorkel. De hecho, tampoco es raro ver pequeñas embarcaciones, tipo veleros, fondeadas cerca de la costa y a sus navegantes tomar el sol en cubierta o zambulléndose en las transparentes aguas en busca de la fotografía perfecta. ¡Y a presumir en Instagram!
Contemplar La Graciosa desde el mar
¿Nos conformamos con descubrir las bellezas de esta pequeña isla sobre una bicicleta o caminando por alguno de sus senderos? Evidentemente, no. Desde la vecina Lanzarote o desde Caleta de Sebo podemos contratar una excursión en barco que, navegando cerca de la costa y sobre aguas calmas, nos llevará a disfrutar de Die Graciosa de una manera diferente.
Imaginemos un agradable paseo en modernos catamaranes, con almuerzo incluido, mientras sentimos en la piel la calidez del sol y la refrescante y reparadora brisa marina a la vez que observamos de cerca los islotes deshabitados que conforman el Archipiélago Chinijo, además de Montaña Amarilla y la playa de La Cocina. Ya... ya lo sabemos, hay que vivirlo.
El término «Chinijo», que así se denomina el archipiélago al que pertenece La Graciosa junto a otros islotes, significa «pequeño» y es utilizado por la población local sobre todo para referirse a los niños.
Gehen Sie nicht ohne einen Versuch...
El pescado fresco es la especialidad de esta pequeña isla del Atlántico, acompañado de otros productos de la gastronomía canaria como las papas arrugadas y el mojo, una salsa ligeramente picante típica de las Islas Canarias.